Ya ha llegado. Estamos ante el primer virus viral en la era de redes
sociales y muchas empresas ya han tenido que sacar de sus cajones los planes de
comunicación de crisis al ver que uno o varios de sus empleados sufren síntomas
de esta enfermedad. Sin embargo, esta es
una crisis atípica porque no estamos ante un acontecimiento generado por
nosotros directamente (un escándalo financiero, una investigación policial, una
accidente grave y/o mortal en nuestras instalaciones…) o por la acción de un
segundo actor. Aquí estamos en situación de contingencia sanitaria global.
¿Se puede hacer algo en comunicación ante un
tsunami de estas características?
¿Hasta qué punto la inercia es tan grande que por mucho que intentemos alzar la
voz, todo lo que expliquemos quedará diluido en la marea de noticias verídicas
y rumores que nos rodean? Si ya tenemos un caso ¿cómo lo comunicamos?. En
nuestra opinión toda organización debe tener en cuenta dos elementos:
Tener claro de qué
hablamos y si hace falta recurrir a apoyo científico para comunicar. Esto parece evidente, pero el protagonismo
que buscan algunas personas ante la posibilidad de salir en los medios, con el
riesgo de parecer ridículos y desinformados, se ha dado en más de una ocasión.
Recurramos a los que saben, para informarnos y para comunicarlo.
No correr a la hora
de liberar la información, esto no es una carrera, debemos ser cautelosos a la hora de comunicar, Y esto
no significa no ser transparentes. No debemos
precipitarnos y las estrategias de redes sociales deben estar más estudiadas
que nunca. No debemos caer ni en el alarmismo ni en la autocomplacencia.
Nuestros comunicados deben ser simples, transparentes y basadas en hechos. No
es la hora de interpretar, ni especular y mucho menos de buscar culpables.
El compañero, en el centro
Un primer paso es potenciar nuestra comunicación interna, poniendo al activo más importante de nuestra organización, las personas, en el centro. Por ello debemos ser transparentes y mantener una relación fluida con nuestros empleados, más en la era Fake News en la que vivimos. Seamos nosotros la fuente fidedigna de información sobre la que nuestros compañeros puedan apoyarse. Más en detalle debemos o deberíamos:
Haberles informado
hasta qué punto en su actividad profesional eran susceptibles de contagiarse del
Coronavirus. No es lo mismo
alguien que trabaja solo en un centro de ordenadores que un profesional
sanitario. Informarles sobre la “posibilidad de…” es un elemento importante.
Ofrecerles
alternativas para trabajar. Algunas empresas han
apostado por el teletrabajo y la telemática para hacer frente a la situación.
Otras han tomado esta decisión más tarde. Estamos ante una buena oportunidad
para aplicar correctamente las medidas de conciliación.
Repasar con ellos el
impacto económico. Viendo los recientes resultados de las
bolsas, está claro que esta crisis va a afectar las previsiones de resultados
de muchas empresas. Esto no es consecuencia de una mala gestión sino de una
situación de fuerza mayor. Deben ser los managers los que comuniquen a sus
empleados, pero también al resto de Stakeholders, las consecuencias de esta
crisis y más importante que planes de viabilidad y continuidad están previstos.
Escuchar y liderar la comunicaciónMás que nunca las empresas y las marcas deben escuchar e informarse a partir de fuentes contrastadas. En un mercado global y con empresas que tienen miles de profesionales repartidos por diferentes ciudades, regiones o países, debemos ser nosotros los que informemos al resto de nuestros compañeros, y al exterior, del progreso o no del virus en nuestra organización.
Una oportunidad para alinearse con los
valores de la marca
Hemos hablado del back office de nuestra
organización, de cómo explicar a nuestros compañeros la situación y las medidas
qué vamos a tomar. En definitiva de estar a su lado y transmitirles información
de calidad y calma. Pero ¿qué pasa con
los clientes y otros endorsers
de nuestra organización? ¿Qué les explicamos?
Más allá de transmitirles la situación en nuestra empresa: el caso o
casos detectados y cómo haremos para que su servicio no se vea alterado, tenemos
una oportunidad para relanzar los valores de nuestra compañía. Los clientes no entenderían que tomásemos
ventaja de la situación aplicando medidas mercantilistas de dinero fácil.
Si podemos ayudarles liberando determinados
servicios, como están haciendo algunas compañías tecnológicas con los datos
móviles, es una oportunidad. Y más allá de esto algunas grandes
multinacionales, sobretodo al comienzo de la crisis donaron grandes cantidades
de dinero para que organizaciones como la Cruz Roja actuasen en las regiones
fronterizas de Wuhan. Un hecho que se está conociendo ahora y del que han hecho
mínima difusión
En definitiva las marcas que apliquen ahora
más que nunca la empatía con sus clientes y lo comuniquen tiene la oportunidad
de “resurgir” de esta crisis con una conexión más profunda con sus clientes. Es
un buen momento para recuperar la estratega de las tres E que toda empresas u organización
debe tener con sus clientes: Empatía, Compromiso (Engagement, en inglés) y
Educación.
Ya tengo un caso de coronavirus en mi empresa ¿cómo lo comunico?
Ya ha llegado. Estamos ante el primer virus viral en la era de redes sociales y muchas empresas ya han tenido que sacar de sus cajones los planes de comunicación de crisis al ver que uno o varios de sus empleados sufren síntomas de esta enfermedad. Sin embargo, esta es una crisis atípica porque no estamos ante un acontecimiento generado por nosotros directamente (un escándalo financiero, una investigación policial, una accidente grave y/o mortal en nuestras instalaciones…) o por la acción de un segundo actor. Aquí estamos en situación de contingencia sanitaria global.
¿Se puede hacer algo en comunicación ante un tsunami de estas características? ¿Hasta qué punto la inercia es tan grande que por mucho que intentemos alzar la voz, todo lo que expliquemos quedará diluido en la marea de noticias verídicas y rumores que nos rodean? Si ya tenemos un caso ¿cómo lo comunicamos?. En nuestra opinión toda organización debe tener en cuenta dos elementos:
El compañero, en el centro
Un primer paso es potenciar nuestra comunicación interna, poniendo al activo más importante de nuestra organización, las personas, en el centro. Por ello debemos ser transparentes y mantener una relación fluida con nuestros empleados, más en la era Fake News en la que vivimos. Seamos nosotros la fuente fidedigna de información sobre la que nuestros compañeros puedan apoyarse. Más en detalle debemos o deberíamos:
Una oportunidad para alinearse con los valores de la marca
Hemos hablado del back office de nuestra organización, de cómo explicar a nuestros compañeros la situación y las medidas qué vamos a tomar. En definitiva de estar a su lado y transmitirles información de calidad y calma. Pero ¿qué pasa con los clientes y otros endorsers de nuestra organización? ¿Qué les explicamos?
Más allá de transmitirles la situación en nuestra empresa: el caso o casos detectados y cómo haremos para que su servicio no se vea alterado, tenemos una oportunidad para relanzar los valores de nuestra compañía. Los clientes no entenderían que tomásemos ventaja de la situación aplicando medidas mercantilistas de dinero fácil.
Si podemos ayudarles liberando determinados servicios, como están haciendo algunas compañías tecnológicas con los datos móviles, es una oportunidad. Y más allá de esto algunas grandes multinacionales, sobretodo al comienzo de la crisis donaron grandes cantidades de dinero para que organizaciones como la Cruz Roja actuasen en las regiones fronterizas de Wuhan. Un hecho que se está conociendo ahora y del que han hecho mínima difusión
En definitiva las marcas que apliquen ahora más que nunca la empatía con sus clientes y lo comuniquen tiene la oportunidad de “resurgir” de esta crisis con una conexión más profunda con sus clientes. Es un buen momento para recuperar la estratega de las tres E que toda empresas u organización debe tener con sus clientes: Empatía, Compromiso (Engagement, en inglés) y Educación.
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